sábado, 16 de febrero de 2013

Dirigir andando


Tom Peters no solo es uno de mis autores favoritos por lo que escribe, sino por la habilidad de capturar anécdotas de otras personas para graficar de modo sencillo y ameno lo que quiere demostrar. De él tomé el concepto de “dirigir andando” y creo que él lo tomó de Hewlett-Packard.
“Dirigir andando”, no es la gran idea o la herramienta de management más increíble que se haya inventado en los últimos años. “Dirigir andando” es sencillamente, sentido común.
No importa cuanto tenga que viajar para una reunión de cinco minutos con un cliente, no hay nada que sorprenda más a un consumidor, a un interesado, que estar presente. Por supuesto, no reniego de los e-mail, o los llamados telefónicos, pero nada suplanta la capacidad de ver el lugar de los hechos, entender los tonos de voces a partir de las expresiones. Cuando nos lo cuentan, les puedo asegurar que una parte importante de “la historia queda en el camino” y generalmente esa parte que queda suele ser la más importante.
Mi trabajo como consultor es sencillo: ir, estar, conversar, observar. No dejo que nadie me cuente el partido, no dejo que nadie me diga si lo que se hizo pudo hacerse de mejor manera. Estoy presente y saco mis propias conclusiones. A eso le llamamos diagnóstico.
Seré gráfico con un ejemplo extremo. ¿Imaginan a un cirujano llevando a cabo una delicada cirugía por teléfono o e-mail? Pero aún más, ¿imaginan que este mismo cirujano lleve a cabo extensas reuniones con su equipo para dar instrucciones sobre la operación del próximo día de modo que el pueda ausentarse mientras todo ocurre de verdad?
¿Por qué los ejecutivos no hablan con sus clientes? ¿Por qué no salen con sus vendedores? ¿Por qué dejan que les cuenten la película?  VAYAN AL CINE POR FAVOR! No dejen que le cuente la película!

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